No es solo una tienda. Es un homenaje.
Una carta de amor escrita con aceite, con pan de pueblo, con chocolate belga y con el aroma de un familiar, que durante décadas vendió pollos en el mercado central. Luci se llama. Su foto te recibe al entrar: mirada sabia, manos cálidas y talante. Y junto a ella, su nieto Javier ha construido un templo a los sabores con alma.
Inspirado por su Abuela Luci, Javier creó un espacio cálido, vintage y artesanal: mobiliario restaurado, cartelería antigua… un lugar que parece detener el tiempo.
En La Luci todo es especial:
En pleno centro histórico de Logroño, en la icónica Calle Portales, La Luci Delicatessen no es solo una tienda: es una declaración de principios.
Mientras las franquicias sin rostro ocupan escaparates, aquí se defiende a capa y corazón el comercio de siempre, el trato cercano y el producto con raíz.
Javier, su alma al frente, conoce cada vino, cada queso, cada aceite como si lo hubiera hecho él. Atiende a vecinos, turistas y curiosos con el mismo cariño: recomendando, explicando, compartiendo.
Porque La Luci no vende productos, transmite territorio.
Y lo hace con el entusiasmo intacto de quien ama su tienda como el primer día.
El suelo ibicenco, el reloj de cuco que marca un tiempo distinto, las estanterías que rebosan productos con historia. Es como entrar en una cocina de película europea donde el protagonista no sabe si va a encontrar un tarro de mermelada artesana o el mejor aceite de oliva de la Rioja… pero lo que seguro que encuentra es magia. Esta tienda es un homenaje a todos los productos de La Rioja y a sus creadores.

Más de 1.000 delicatessen seleccionadas con mucho mimo:
.Quesos (Camerano, Tondeluna…)
.Embutidos riojanos
.Conservas vegetales y de pescado
.Patés, mermeladas gourmet, repostería (galletas, moscovitas) .
.Selección nacional e internacional: chocolates suizos, belgas, riojanos como los de Kankel cacao pasta italiana, vermús (Verano del 82, Lacuesta, Bandarra), sifones tradicionales .
Pan de pueblo, huevos, alubias de Anguiano… y un cuidado equilibrio entre lo local y lo exótico .
Todo está escogido con un gusto exquisito. No por moda, sino por instinto. Javier no quiere venderte algo: quiere sorprenderte, quiere que descubras, que huelas, que preguntes. Que te quedes un rato.
Detrás del mostrador, Javier sigue la tradición de su abuela pero con un estilo muy propio. Ha dejado a la vista las vigas, la estructura antigua del edificio, y ha creado un pequeño museo gourmet donde cada tarro, cada etiqueta, cada envase tiene una razón de ser.
Pero además, es un anfitrión nato. Te recomendará, te armará una cesta, te contará la historia del aceite que tienes entre manos o te explicará por qué ese vermut se toma sin hielo. No te vende, te acompaña.
Porque La Luci no es una tienda más. Es una tienda con memoria, con carácter y con un corazón que late fuerte en el centro de Logroño. Pocos lugares vas a encontrar donde tradición, sabor y belleza estén tan bien alineados.
Si te vas a quedar unos días para disfrutar del comercio local o relajarte paseando por las calles de Logroño , puedes encontrar una selección de alojamientos en Holiwopp y descansar como te mereces.